Dando zancadas bruscas, la
vaca decidió salir en busca de su amigo el burro. “Debes hundir tu cabeza en el
barro hasta que la mosca no resista y se vaya”, le dijo el burro con toda
seguridad y acompañó a su amiga hasta el lodazal. Sin embargo, y aunque la vaca
llenó su nariz, sus ojos y sus orejas de lodo como le había indicado el burro,
la mosca seguía tranquilamente revoloteando en el interior de su oreja.
Desesperada por la
situación, la vaca corrió junto con el burro en busca de su vecino el caballo.
“Ayúdenos, señor caballo” – dijeron los dos animales al unísono. “La solución
es evidente, si frotas tu cabeza en el pajar, asustarás a la mosca y se irá
volando para siempre”. La propuesta del caballo no era mala, y como no tenía
nada que perder, la vaca partió con sus dos amigos hacia el pajar más cercano.
“¡No funciona, no
funciona!”, gimió la desdichada casi sollozando mientras estrujaba la paja
furiosamente con su cabeza. La mosca continuaba zumbando en su oreja, y por
mucho que aquel pajar se enredara en su cabeza, la vaca seguía sin poder salir
de aquel problema. El burro y el caballo la miraron con tristeza, pero nuestra
amiga no se rindió, y decidió ir a visitar a su primo el toro.
N: del libro
autor:escalante sosaya jhon